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Mostrando entradas de diciembre, 2019

Enfermedad vomitiva

Pensé mil veces si escribir o no sobre todo pero la verdad, es algo que me atraviesa desde lo más hondo y pinta de tintes grises mi vida. La palabra cáncer me da ganas de vomitar, encierra todo lo malo del mundo e incluso, podría decir, va más allá de eso. Inventa nuevas formas de padecimiento cruel. "Tu abuelo está enfermo" "Tu abuelo no se siente bien, ¿te diste cuenta que está distinto?" y yo, lo veía. Cómo no darse cuenta que el hombre que le dió parte de la vida a mi papá, ese mismo que se destaca por hacer los mejores asados, escribir, recitar, bailar en las fiestas y dejar un legado en el barrio... se está marchitando cada vez más rápido. Es injusto, muy injusto.  Creo que gran parte de la familia se imaginaba que su final sería distinto (y muchos no creíamos que tuviera uno, en una suerte de pensar que podría ser inmortal ) y menos abrupto. Pero ahí tenes a la Muerte con sus pasos de seda en forma de sangre, suero, válvulas, chequeos y placas, charlas y ¡m...

Cubre-cama azul

Son casi las cinco de la tarde de un jueves de diciembre, casi la mitad del mes y estoy atada a la cama (en un sentido metafórico). Encuentro la fuerza para levantarme pero el imán del cansancio, más que nada mental, vuelve a atraerme hacia la calidez y suavidad del colchón del cual ya ni recuerdo la marca. Nota mental: darle un descanso a mis ideas en algún momento del día y de la vida, en sí. Se supone que vas a venir, que nos vamos a ver y tengo la misma proporción de ganas de verte, como de cerrarte la puerta en la cara. La puerta es una metáfora de mi corazón, que está palpitando en dolor y recuerdos despegados de las paredes... que son viejos, amarillentos, ni siquiera te pertenecen a vos (nos pertenecen) Sueño con el día en el que sane completamente. Y sí, con la negatividad que cargo a cuestas es muy poco probable que pase. La niña de unos tres o cinco años, aún abre los ojos esperanzada por su "final feliz" y me susurra que nos lo merecemos.