Pensamientos nocturnos
No entiendo por qué vuelvo a este sitio una vez al año. Pienso que, tal vez, es lo más cercano a un diario íntimo virtual dónde nadie puede leerme con un afán de juzgar. Cada entrada de este blog es un ir y venir de preguntas y respuestas, miedos, angustias, y mis compañeros desde la adolescencia: pensamientos suicidas. Llegué a un punto donde ya no le tengo miedo a partir, con tal de que mi existencia deje de doler. Porque sí, todo duele cada día un poco más. Me siento inútil, incomprendida... al punto de casi empezar a llorar en la universidad. Sé que estoy rota, que ya no queda algo sano en mí persona. Dejé que me rompieran, que pisotearan mi corazón, mansillaran mi cuerpo con tal de sentir alguna sensación. Solo espero animarme pronto a cometer este acto y al menos ahí, tener algo de suerte y terminar, de una vez por todas, alguna etapa. Esto es lo más cercano a una carta de despedida.