Angustia.

Llega a clases, se sienta, saca sus útiles, comienza a anotar cada palabra que sale de los labios del profesor.Conversa, participa (según siente que es necesario), toma mate, se ríe... un día normal.
Pero nadie parece darse cuenta que detrás de esa "fachada" de chica responsable, suelta, quizás hasta sociable, hay un alma desesperada por un poco de paz.Que busca un momento de tranquilidad, pide a gritos un abrazo sincero y que dure lo suficiente para arreglar el desastre que es últimamente.
No lo ven, no lo perciben o simplemente no se dan el tiempo de notar un signo de ANGUSTIA en esa chica.Y así el ciclo va a volver a comenzar el día siguiente, el que sigue y el que sigue, o por lo menos hasta que ella pueda decir basta y darse finalmente por vencida.

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