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Mostrando entradas de 2018

El fantasma.

Mis ganas de desaparecer crecieron el doble desde ayer, cuando me dispuse a hablar por la culpa que me carcomía por dentro. Esa misma que me hizo explotar delante de la persona más inesperada... pero, al fin, logré hablar. Supongo que mi mecanismo de defensa es llorar, llorar, llorar y responder con una ira que ni siquiera siento tener dentro de mí (pero está). El mundo no me odia, yo lo odio y sé cuál es la razón: no siento ni que tendría que estar viva. Ojalá nunca hubiera nacido, ojalá Dios o lo que sea que esté arriba me hubiera ahorrado la fatalidad de respirar esos primeros segundos fuera del útero. Soy una molestia, una cosa inservible que para lo único que sirve es ocupar espacio y consumir oxígeno. Aborrezco mi mera existencia, si al menos fuera capaz de ponerle fin a esta tortura... pero no, hasta para eso soy completamente cobarde.  "Si tanto te queres matar, hacelo y dejate de joder", me dijeron hace poco y la verdad que sí pudiera, ya lo hubiera hecho. Tuve mi...

Cuatro de la madrugada (25 de Enero del 2018)

Voy a retomar mis propias palabras, citándome como artífice de mi propio destino. Ahí va: "funciono mejor sola". Con el alma hecha un bollito, el corazón que sólo se limita a bombear sangre y la mente corriendo a mil por hora, lo cual hace que escriba esto a las 4 de la mañana de un semi-caluroso jueves de Enero. Si, así de mal se puede estar. Razones, podría nombrar varias pero hoy por hoy la causa de mi desorden del sueño es una persona. Él, quien tanto mal y bien me hizo durante casi dos años hasta que ¡puf! todo se transformó en una nebulosa de llanto, discusiones, un tercero que poco tenía que ver con nuestros planes a futuro (y lo peor, que su función debería haber sido la de guiarNOS). De a ratos tengo ganas de llorar, en otros de escuchar música bien fuerte y cantar con todas mis ganas. También me surge la imperiosa necesidad de hablarle, aunque sea para preguntarle ¿te hice falta este miércoles? Y mi respuesta a eso sería. sí, muchísimo, tanto que no te das una id...